Esta semana el cineclub se estrena con el grano de cosecha propia, y lo hace con una de las perlas que nos deja la reentrada otoñal de un ‘annus horribilis’ a doble banda para su autor que no parece haber dejado mella en la maestría de su oficio y genialidad.
Un precioso y sentido tributo al cine de los maestros europeos, rodado, ambientado y pre-estrenado en San Sebastián, y una delícia para muchos de nuestros degustadores, a los que esta ensoñación cinéfila procurará debate gafapasta para rato.
Estreno a vuestra salud por todo lo alto que ratifica a un incombustible Allen, un ‘first-class’ del cine clásico moderno. Y que como tal, al lado de nombres igualmente prolíficos en la senectud como Eastwood, no puedes permitirte desaprovechar; quién sabe cuántas más nos van a legar.
PD: en #laGranja ya los hay leyendo su versión de los hechos
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