‘Benedetta’ de Paul Verhoeven hoy en Cineclub El Gallinero

No existe mayor regocijo que comprobar cómo un director evoluciona a lo largo de las décadas adaptándose sin perder esas señas de identidad que le hacen único. El del neerlandés Paul Verhoeven sería uno de estos casos. Desde sus inicios en el cine –se ha cumplido justo medio siglo desde el estreno de su ópera prima, Delicias holandesas (1971)–, la provocación y el escándalo han acompañado a la mayoría de proyectos que ha abordado, fuese cual fuese el género que acometiera.

El éxito le llegaría con su segundo trabajo, Delicias turcas (1973), que convirtió a un rubio Rutger Hauer en un auténtico mito erótico de la época. Responsable de títulos como Vivir a tope (1980) –una película tan libre y rompedora que sería imposible de rodar hoy en día, recordada por algunas escenas de sexo explícito–, El cuarto hombre (1983) o la que le abrió las puertas de Hollywood, Los señores del acero (1985), Verhoeven no perdió su mala baba característica, a pesar de abordar grandes proyectos del cine fantástico como la hiperviolenta Robocop (1987), Desafío total (1990), Starship Troopers (1997) –espectacular sátira bélica, bajo apariencia de space opera cargada de humor negro, que fue incomprendida por gran parte de la crítica, así como un gran fiasco en taquilla, pero a la que el paso de los años ha colocado como título de culto– o incluso la minusvalorada El hombre sin sombra (2000).

También a Verhoeven se le criticó muchísimo en los 90 por esa hipersexualización de la mujer en dos cintas tan denostadas en su día como reivindicadas en la actualidad: Instinto básico (1992) –Sharon Stone tocó el cielo con su papel de asesina bisexual– y Showgirls (1995) –su particular Eva al desnudo kitsch ambientada en el mundo del baile erótico en Las Vegas.

Fanatismo religioso y pasión lésbica son dos ingredientes que, unidos en la misma película (y más si la dirige Verhoeven), solo pueden generar una explosiva polémica en estos tiempos en los que la incorrección política parece despertar más susceptibilidades que cuatro décadas atrás. Acusada de blasfema por sectores ultracatólicos, Benedetta es esa obra en la que su director ha decidido desmelenarse por completo, realizando una suerte de recopilatorio de todas las obsesiones que han caracterizado a su cine (sexo retorcido, violencia gráfica, ambigüedad moral de sus personajes), llevándolas al extremo y salvando con sabiduría multitud de escenas que están a un paso de caer en el ridículo, casi todas relacionadas con las alucinaciones de su protagonista.

Jueves 14 Octubre | 20:30. Apertura de puertas 20:00. Teatro Cine Avenida | Jaraíz de la Vera.
Entrada 5€ | Bonos de socio disponibles en taquilla.

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