Con un cambio de última hora en la programación, este jueves sustituimos la prevista Corpus Christi (sabemos que hay inquietud por ella y creemos que podemos mantenerla en reserva) por otra magnífica aportación de Filmoteca para su Circuito Itinerante: Oro Blanco, una cinta islandesa a la que ya le habíamos echado el ojo durante lo que al final acabaron siendo las postrimerías de la Temporada XVII.
Grímur Hákonarson
Dirigida por el mismo Grímur Hákonarson que nos obsequió hace cuatro años con una de las obras más recordadas de los últimos tiempos, y acaso de las cinco mejor valoradas por los voladores de estepas (Rams, #391, esta peli alcanzó un jodido 9,75 ♒︎ de cresta en la escala de Linneo), Oro Blanco nos llega directamente desde la sección oficial de la Seminci siguiendo la estela de obras como La mujer de la montaña (#473, otra con un «pocabroma» 9,10 de cresta), y su prometedora premisa y procedencia sin duda hará tilín a muchos voladores del corral, dada la gran aceptación que el género ecologista-feminista y la filmografía de este modélico país, cuna del frailecillo y de Björk y autoabastecido con energía geotérmica, tiene entre nuestros habituales.
“El arte sin connotaciones políticas no me interesa.”
Oro Blanco, que aterrizó en la esperada oleada de estrenos de la extraña «nueva normalidad». Es también la cinta más implicada de Hákonarson, que considera el cine como una herramienta de transformación social. A rebufo de los estilos de cineastas que le inspiran, como el compromiso social de Loach o la libertad creadora de von Trier, su cine es muy conocido en Islandia, donde tanto causa furor como levanta ampollas.
Cuarta ofrenda incruenta
Procedente del país del hielo a la que rendiremos liturgia en este corral –recordad también Buenos vecinos, #448–, su eucaristía de heno y leche viene consagrada como esta última por Filmoteca, y su diseño ecuménico acerca al vulgare specimen la creación de este preste völva de nombre impronunciable, que se va proclamando por sus Seiðr fílmicos como el máximo sacerdote de la cinematografía islandesa, tan particular en su hierático y sutil humor como incisiva en su crítica exposición del temor colectivo.
Y no sorprende que con semejante herencia mitológica acabe convirtiendo a su protagonista en una valkiria imbuída del espíritu de los einherjer en su personal Ragnarök.
El vikingoha sabido transmutar esta comedia dramática en una fábula política sobre la libertad. El miedo y el bien común a base de paladas de empoderamiento femenino y magia nórdica kinóptica (o vikinica), y por Freyja que acabará enaltecida por vuestros votos para reposar en los anaqueles más elevados del Valhalla gallinar.
Yema, clara y cáscara
“El espíritu de Elia Kazan vive en este duro drama sobre una comunidad.”
Peter Bradshaw: The Guardian
“Es su mirada jocosa lo que la distingue de otras películas sobre heroínas que impusieron su valentía ante la injusticia social.”.
Andrea G. Bermejo: Cinemanía
“Cínica e incierta.”.
Norman Wilner: Now Toronto
Jueves 22 Octubre a las 20:30. Apertura de puertas 20:00. Teatro Cine Avenida de Jaraíz de la Vera. Entrada 3€ | Bonos de socio disponibles en taquilla.
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