Tras más de una temporada sobrevolando nuestro espacio aéreo, por fin aterriza Mandíbulas, fantástica comedia absurda y última majadería maravillosamente idiota del ‘enfant terrible’ (sep, hay muchos y es limitado mi ingenio) padre de un bucle demencial y un rítmico títere amarillo, con la que regalamos al averío su primera experiencia Dupieux, el sello inclasificable pero inconfundible de su obra y el universo descerebrado de un maestro del humor posmoderno.
Presente en las agendas de los curiosos desde que arrasó con Rubber (comedia slasher protagonizada por un telequinésico neumático psycho ), Quentin Dupieux, el mismísimo Mr. Oizo padre de aquella mítica tonadilla electro alumbrada al hype del milenio llamada ‘Flat Beat’ (la semana pasada fue el ‘She’s not there’ de The Zombies en Titane, ahora poneos la pista en youtube y disfrutad del TOC musical pa rato) y del idolatrado y algo monomaníaco Flat Eric –devoción religiosa por el prosopopéico títere amarillo– es un autor que “nos ha acostumbrado tanto a su capacidad para lograr gemas cinéfilas que somos capaces de sacarle pegas a sus marcianadas más ligeras”, como la premiada Bajo arresto (2018). Observando cómo sus obras más excelsas se suelen intercalar con ejercicios más simples de divertimento personal, podría parecer que su llegada al corral fuera menor tras el pelotazo La chaqueta de piel de ciervo (aquella obsesión de un ‘chaquetero’ director de cine Jean Dujardin), pensando que tocaba un descanso. Pues en absoluto.
Avalado por aplausos en cada certamen de Sitges, la última ocurrencia Dupieux con la que se estrena #laGranja a sus encantos no ha hecho aplanar la curva: el pase de Mandíbulas desencadenó reacciones físicas y sonoras entre un fandomerío del fantástico en éxtasis con la celebración de su absurdo, a partir del cual el «¡Toro!» se ha convertido en clave secreta para que los fans se reconozcan en los cinefórums.
Estrenada tras inacabables postergaciones, fondea con delay (disculpad el anglicismo cool, pero no he querido por dar alas al chiste malo) en este corral una peli marcada con post-its y verde fosforito con hombreras en nuestro radar de musts desde principios de la tortuosa T-XVIII: Mandíbulas, fresco voraz (su fluidez narrativa funciona como un tiro) y breve como de costumbre (77’ exactos como en la anterior) sobre la amistad y la idiosincrasia de la Idiocracia (recomendabilísimo un revisionado de la peli de Mike Judge, padre de Beavis&Butt-head, y la inquietante vigencia de sus postulados), es tanto road-movie surreal como buddy-movie de tarados muy tarados entre los que destaca la indecencia mental del infalible binomio Grégoire Ludig y David Marsais –no en vano llevan diez años trabajando juntos–, una peli que “crea un sueño incesante pero narrativamente anclado a la realidad, convirtiendo la locura onírica en su proyecto más accesible a neófitos que, de ser algo abiertos de mente, lograrán disfrutar como los acólitos” (R. Rosado, Fotogramas), indudablemente rendidos a vivir con este título una de las experiencias más placenteras de la temporada, a la que hay que sumar el estridente regalo de una Adèle La vida de Adèle (:D, #332 allá por el 2014) Exarchopoulos como secundaria cómica del año con su impagable caracterización de un síndrome de Tourette sexual.
Después de los preestrenos en Venecia y Sitges –mejor actor para la pareja loca Ludig/Marsais– y un periplo por la agenda de Karma Films, puede que al retraso (bueno, pues ya está dicho) de su estreno le sople el viento de cola: hemos pasado del ‘de esta saldremos mejores’ en arcoíris al ‘todo va a salir regulinchi’ a boli, y al final lo único que podemos dejar constatado (y documentado) es que el mundo está como una puta cabra, que en el peor-mejor-para-todos momento somos bastante jalipollas y que no le vamos a la zaga a la estulticia de dos idiotas y su tour, también ‘de force’, con una mosca gigante.Lo único que podemos ofrecerte en consuelo es, como dice Marta Medina, un divertido despliegue de “destrucción de convencionalismos a base de subnormalidades que esconde un trabajo autoral profundo y elegante y muchas ganas de reírse de uno mismo y de los demás en el mejor de los sentidos posibles”. Y además te certificamos el descojone plumífero. No seas tonto y vente.
Jueves 28 Octubre | 20:30. Apertura de puertas 20:00 horas en el Teatro Cine Avenida de Jaraíz de la Vera. Entrada 5€ y Bonos de socio disponibles en taquilla.
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