Empresas y agentes turísticos del destino Sierra de Gata-Hurdes trabajan en el diseño de seis rutas gastronómicas

El aceite, el cabrito, el queso, la miel, el vino o las bodegas, son objeto de este nuevo paso dentro del Plan de Sostenibilidad Turística liderado por la Diputación de Cáceres.

Más de 80 establecimientos turísticos, productores agroalimentarios, comercios gastronómicos, centros de interpretación y oficinas de turismos, entre otros agentes del territorio, han participado en los talleres de Diseño y Creación de Rutas y Experiencias Gastronómicas, organizados por la Diputación de Cáceres, en el marco del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino Sierra de Gata-Las Hurdes “100% Cultura e Identidad y Ecoturismo”. Una reunión que ha servido para seguir dando pasos en la creación de seis rutas gastronómicas: Ruta del Aceite, del Cabrito, de Frutas y Frutos, del Queso e Ibéricos, de la Miel y el Vino y de las Boigas.

Los participantes han reconocido la importancia de llevar a cabo acciones conjuntas que fortalezcan el conocimiento y el contacto entre empresas del sector turístico y productores locales de cara a la cooperación para poder ofrecer experiencias gastronómicas ricas, saludables y km. 0.

En esta reunión se ha puesto de manifiesto también la necesidad de un ente gestor para garantizar la continuidad del proyecto y la formación de todos los agentes y empresas que deseen adherirse al mismo.

Por otro lado, se ha incidido en puntos en los que trabajar como en infraestructuras locales para la transformación de algunos productos de la zona, como el cabrito, o el impulso para el aumento de productores locales de determinados productos en las comarcas, como cabrito en Sierra de Gata y queso en Las Hurdes.

Este taller se complementará con otras acciones que tendrán lugar en los próximos días, como la asistencia técnica individualizada a las empresas adheridas al proyecto para el diseño de experiencias y planes agro-gastronómicos.

Con este plan, la Diputación de Cáceres abunda en el carácter transversal del sector del turismo gastronómico y su capacidad para conectarse con otros productos turísticos ya existentes, como son la cultura y el patrimonio, el ecoturismo o el turismo del agua, entre otros.