Lotería de Navidad: ¿Y si toca aquí?

Todo trabajador sueña con el boleto ganador de la Lotería de Navidad que quite en un día todos los problemas financieros de la familia o que te permita viajar con tu pareja, sin más preocupación que elegir el destino. Pero, ¿hay algo peor a que no te toque? Sí, que no toque y que además hayas rechazado comprar ese décimo ganador.

En este artículo voy a explicar  qué es el FOMO  y por qué nos hace tomar decisiones irracionales. Se utiliza para explicar las burbujas financieras, como por ejemplo la burbuja de las puntocom o la burbuja de las renovables; también se utiliza para explicar la sensación de ansiedad que te puede crear ver en las Redes Sociales que gente que tú conoces está disfrutando y pasándoselo bien en lugares en los que tú no estás.

Definición de FOMO

El FOMO lo podemos definir como el miedo a que otros disfruten de experiencias en las que uno no participa. El FOMO inconscientemente nos obliga a tomar decisiones erróneas, ya que tenemos  miedo de arrepentirnos  de dejar pasar una buena oportunidad que no analizamos de forma racional.

Todos sabemos que la probabilidad de que nos toque la lotería es prácticamente nula, y que las posibilidades de perder son mayores que las de ganar. Por lo tanto, desde una perspectiva racional, es inútil comprar lotería. Pero aquí entra en juego el factor psicológico. Los publicistas saben esto y lo utilizan para que compremos lotería.

Los dos últimos años, Loterías ha lanzado dos anuncios innovadores, conmovedores y que evocan a la solidaridad existente entre trabajadores, vecinos o compañeros.

En ambos casos, los protagonistas olvidan comprar el boleto de lotería, y con tan mala suerte, que toca a sus compañeros. Finalmente, los compañeros o amigos se acuerdan del protagonista y le obsequian con un boleto de lotería premiado. La verdad es, que no sé si es mejor que te toque la lotería o tener unos amigos así.

Realmente, los publicistas no pretenden que los espectadores nos quedemos con la idea de la solidaridad y de que no pasa nada si no nos acercamos a la Administración para comprar nuestro boleto. Aquí entra el factor FOMO, los publicistas pretenden que sintamos en primera persona lo que sienten los protagonistas de los anuncios cuando ven ganar a sus amigos la lotería y ellos no la ganan. Pretenden que tengamos miedo a perder la oportunidad de nuestras vidas. Con esto consiguen que en la mayoría de ocasiones, no consigamos rechazar la lotería de navidad que nos ofrecen y tengamos la necesidad de comprarla.

Para terminar os deseo suerte a todos con vuestros boletos y si no nos toca, que sigamos buscando la felicidad en las cosas cotidianas que nos da la vida, que son muchas y de gran valor.