El exquisito pulso artístico del director Luca Guadagnino se acomoda a la perfección a la novela de André Aciman –título clave de la literatura LGTB– guionizada por James Ivory, creando una de las películas más honestas e intensas de los últimos tiempos, Call me by your name.
La historia sobre dos hombres que “tuvieron la suerte de encontrarse el uno al otro”. Más allá de la celebración del amor homosexual.
La indolencia de los veranos, la inseguridad del tránsito a la madurez o el vértigo y placer irrefrenable del primer amor correspondido. De todo esto nos habla Guadagnino en su obra más completa, que cierra su trilogía del deseo iniciada con Yo soy el amor (2009) y que continuó en Cegados por el Sol (2015, libre remake de La piscina de Deray). Una cinta en la que el italiano se olvida de un estilo en ocasiones estridente y excesivo para abrazar, con los personajes de Elio y Oliver, la sensualidad más sencilla, y por eso, compleja.
Una historia de amor universal y singular, pero también sobre la forma de entenderlo, vivirlo, recordarlo y crecer con él, como se explicita en un bello y estremecedor diálogo padre-hijo. Un canto a la vida imprescindible. Y también un baile como el de los protagonistas Armie Hammer y Thimothée Chalamet: un prodigio en la construcción de la identidad y el juego de miradas que rompe las fronteras del sexo y se regocija en el imparable ímpetu que da saberse querido o la tristeza inabarcable del amor perdido.
«La película hace una defensa de la erudición como otro placer más de la vida. Equiparable al descubrimiento de la sexualidad y el primer amor que mueve su relato principal». Miguel Muñoz, eam.
Call me by your name llegó a las pantallas convertida ya en una cinta de culto gracias al apoyo de cineastas como Almodóvar, que no dudó en escogerla como su pelí favorita de 2017, y ha ido acumulando premios y nominaciones hasta generar overflow en FilmAffinity, que apenas puede cederle espacio ya para añadir su Oscar al mejor guión adaptado y los premios cosechados por Thimothée Chamelet (a quien puedes ver también en Ladybird de Gerwig/Ronan –se nos escapó este año– y en la próxima de Woody Allen).
De Guadagnino esperamos próximamente –no sin cierto canguelo– el reboot de Suspiria, obra cumbre del padre del Giallo Darío Argento.
Ahora desplegad las alas al sol y disfrutad del esplendor y la belleza mientras los días se alargan; porque esta peli la vais a recordar cada minuto del verano.
“Todo está en su sitio, bien medido, como los tapices y las esculturas. Exudando una sensualidad que el director filma con precisión, evocando además un verdadero espacio de libertad.”. Quim Casas: El Periódico.
“El cineasta logra una película vitalista y llena de momentos de calculada intensidad. No siempre controla al director publicitario que lleva dentro.”. Jordi Costa: El País.
Jueves 31 Mayo a las 21:00 horas en el Teatro Cine Avenida de Jaraíz de la Vera. Entrada a 5€ y bonos de socio disponibles en taquilla.
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